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Los Padres de la Iglesia son los autores antiguos que han por primera vez leído, interpretado y orado la Santa Escritura, la Biblia, sobre todo el Nuevo Testamento. Estos personajes eran hombres de la Iglesia, como decimos hoy, la mayor parte eran obispos, es decir, personas que tenían también una experiencia práctica de la Iglesia, de la vida de los fieles, de la fe de estos fieles, cómo la practicaban, cómo la entendían o trataban de comprender la palabra de Dios y ponerla en práctica

 

Los Padres de la Iglesia toman la tradición escrita de la Biblia para hacer consideraciones y transmitirnos a nosotros informaciones que no están en la Biblia pero seguramente los cristianos, el pueblo cristiano, las conocía, las hablaba, entonces los Padres han transmitido estas cosas muy interesantes, porque son muy cercanos a aquello que dijo el Evangelio y de alguna forma lo repiten, lo amplían, pero siempre manteniéndose fieles a ese Evangelio.

 

San Bernabé (Apóstol)

 

 

Nació en la Isla de Chipre, era Judío de la tribu de Leví.

 

Su nombre original era José. Los apóstoles le cambiaron por el de Bernabé, que según San Lucas significa "el esforzado", "el que anima y entusiasma".

 

Los Hechos de los Apóstoles nos narra que Bernabé vendió su finca y entregó todo el dinero a los Apóstoles para distribuir entre los pobres. (Hch,4)

 

Fue un gran colaborador de San Pablo quién a su regresó a Jerusalén, tres años después de su conversión, recibió de Bernabé el apoyo ante los demás Apóstoles que sospechaban de él.

 

No cuenta entre los doce elegidos por Nuestro Señor Jesucristo, pero probablemente fue uno de los setenta discípulos mencionados en el Evangelio. Bernabé es considerado Apóstol por los primeros Padres de la Iglesia y también por San Lucas, por la misión especial que le confió el Espíritu Santo.

 

Los Apóstoles lo apreciaban mucho por ser "un buen hombre, lleno de fe y del Espíritu Santo" (Hechos 11,24), por eso lo eligieron para la evangelización de Antioquía.

 

Con sus prédicas aumentaron los convertidos.

 

Se fue a Tarso, y se asoció con Pablo, Juntos obtuvieron un éxito extraordinario. Regresaron a Antioquía, donde permanecieron por un año. Antioquía se convirtió en el gran centro de evangelización y donde por primera vez se le llamó Cristianos a los seguidores de la doctrina de Cristo.

 

Volvieron a Jerusalén enviados por los Cristianos de la floreciente iglesia de Antioquía, con una colecta para los que estaban pasando hambre en Judea.

 

El Espíritu habló por medio de los maestros y profetas que adoraban a Dios: "Separad a Pablo y Bernabé, para una tarea que les tengo asignada".

 

Después de ayuno y oración Pablo y Bernabé recibieron la misión y la imposición de manos. Partieron acompañados de Juan Marcos, primo de Bernabé, futuro evangelista, a predicar a otros lugares, entre estos Chipre, la patria de Bernabé. Allí convirtieron al procónsul romano Sergio Paulo, de quien Saulo tomó el nombre para predicar entre los gentiles.

 

Fueron luego a Perga en Pamfilia, donde se inició el mas peligroso viaje misionero. Juan Marcos no estaba muy decidido y les abandonó, regresando solo a Jerusalén

 

Luego prosiguieron su viaje misionero por las ciudades y naciones del Asia Menor.

 

En Iconium, capital de Licaonia, estuvieron a punto de morir apedreados por la multitud. Se refugiaron en Listra, donde el Señor por medio de San Pablo curó milagrosamente a un paralítico y por esa razón los habitantes paganos dijeron que los dioses los habían visitado, haciendo lo imposible evitaron que la población ofreciera sacrificios en honor a ellos y por eso se pasaron al otro extremo y lanzaron piedras contra San Pablo y lo dejaron maltrecho.

 

Tras una breve estancia en Derne, donde muchos se convirtieron, los dos Apóstoles volvieron a las ciudades que habían visitado previamente, para confirmar a los convertidos y para ordenar presbíteros. Recordaban que "es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios" (Hch 14, 22). Después de completar la primera misión regresaron a Antioquía de Siria.

 

Poco después, algunos de los Judíos Cristianos, contrarios a las opiniones de Pablo y Bernabé, exigían que los nuevos cristianos, a parte de ser bautizados sean circuncidados. A raíz de eso, se convocó al Concilio de Jerusalén. Se declaró entonces que los gentiles convertidos estaban exentos del deber de la circuncisión.

 

Ante el segundo viaje misionero surgió un conflicto entre Pablo y Bernabé. Bernabé quería llevar a su primo Juan Marcos y Pablo se oponía por haberles abandonado en la mitad del primer viaje (por miedo a tantas dificultades).  Decidieron separarse. San Pablo se fue a su proyectado viaje con Silas y Bernabé partió a Chipre con Juan Marcos.

 

Mas tarde se volvieron a encontrar como amigos misionando en Corinto (1 Co. 9, 5-6), por lo que se deduce que Bernabé aún vivía y trabajaba en los años 56 o 57 P.C. Posteriormente San Pablo invita a Juan Marcos a unirse a él, cuando estaba preso en Roma, cosa que nos indica que Bernabé ya había muerto alrededor del año 60 o 61. Otros dicen que era predicador en Alejandría y Roma y primer obispo de Milán.

 

Escritos apócrifos hablan de un viaje a Roma y de su martirio, hacia el año 70, en Salamina, por mano de los Judíos de la diáspora que lo lapidaron. Tertuliano afirma que Bernabé escribió la Epístola a los Hebreos, otros creen que escribió en Alejandría la Epístola de Bernabé. En realidad, lo que se sabe de el es lo que aparece en el Nuevo Testamento.

 

San Policarpo de Esmirna

 

Nació aproximadamente en el año 69 o 70 y recibió el bautismo en la infancia. San Ireneo afirma que Policarpo recibió las enseñanzas de los apóstoles, y que éstos lo constituyeron obispo de Esmirna, hacia el año 110. Ignacio reconoció a Policarpo como barón apostólico y le recomendó su rebaño.

 

Policarpo fue de un temperamento suave y moderado, amigo de la paz y de la mansedumbre, y así debieron ser sus homilías al pueblo. Hay un solo pasaje en su carta en el que muestra dureza: "El que niegue a Jesús, no lo admita en el testimonio de su cruz, y el que tergiverse sus palabras para satisfacer sus concupiscencias, procede del diablo y es el primogénito de Satanás".

 

Policarpo remitió a la Iglesia de Filipos las cartas de San Ignacio y adjuntó la presente suya, de las cuales decía: "podréis sacar gran provecho, pues están llenas de fe, de paciencia y de toda edificación en nuestro Señor".

 

Meditó muchas veces el Evangelio, las cartas de San Pablo, de San Juan, de San Pedro, y hasta leyó las de San Clemente de Roma, y con citas de todas ellas entretejió sus recomendaciones a los fieles de Filipos.

 

En el año 154 viajó a Roma para discutir con el Papa Aniceto sobre la fijación de la fecha de la pascua cristiana; y en la persecución del emperador Decio, fue arrestado y llevado ante el gobernador, y al serle ofrecida la libertad si maldecía a Cristo, contestó: "Ochenta y seis años he servido a Cristo, y Él nada me ha hecho sino el bien, ¿Cómo pues, podría yo maldecirle a Él, mi Señor y Salvador?". Fue quemado vivo, y como las llamas lo lamían sin querer quemarlo, fue preciso apuñalarlo en la hoguera para terminar de darle muerte, el 23 de febrero del año 155.

 

San Clemente de Roma

 

Fue el cuarto obispo de Roma, entre los años 92 y 101, después de San Pedro, San Lino y San Anacleto. Gozó de grande fama en la antigüedad cristiana, a pesar de no conservarse más que una de sus obras: La Carta a los Corintios, que escribió en el año 96, y que la Iglesia siríaca la consideró canónica.

 

En su carta a los corintios exhala en ella piedad y bondad, y logra sus fines: Reconciliar a los fieles de Corinto (Grecia) con sus pastores. Es el primer documento en el que se ve a la Iglesia romana intervenir con autoridad en los asuntos de otra Iglesia. Dos puntos importantes se destacan en este escrito: el primero es la exhortación a los cristianos de Corinto contra la envidia y los celos, recomienda la humildad y la obediencia, y remite a los modelos del Antiguo Testamento; el segundo punto es la exposición del orden querido por Dios para la Iglesia, que estaba prefigurado ya en el Antiguo Testamento y establecido para nosotros por Cristo y los apóstoles. Habla de la jerarquía eclesiástica y muestra la necesidad de estar sometidos a la autoridad de los presbíteros

 

El Pastor de Hermas

 

Entre los Padres apostólicos, se incluye también una obra de carácter apocalíptico que se conoce como "el Pastor de Hermas", y es la más extensa en este grupo de escritos. Al parecer, Hermas vivió a finales del siglo I y durante la primera mitad del siglo II. Su obra consiste en una recopilación de materiales procedentes de distintos períodos en su labor como profeta o predicador de la Iglesia romana. La principal preocupación de Hermas parece haber sido la falta de celo y dedicación de algunos hermanos, pero sobre todo el problema de los pecados post-bautismales, es decir, de aquellos pecados cometidos después de la conversión y el bautismo, pues eran muchos los que habían caído en apostasía a causa de las persecuciones, y que luego se habían arrepentido sinceramente de sus flaquezas.

 

Para Hermas, el cristianismo parece ser antes que nada una serie de preceptos que debemos seguir. Así, toda su obra, inclusive sus visiones y sus parábolas, tiene el carácter de mandamiento práctico. Aparece en Hermas un gran énfasis en el pensamiento cristiano sobre la doctrina de si "es posible hacer más de lo que requiere el mandamiento de Dios, y así lograr una mayor gloria".

 

San Panteno

 

San Panteno, sabio Padre de la Iglesia y varón apostólico, vivió en el siglo II. En su juventud había sido un filósofo de la escuela de los estoicos. Según la tradición, llegó a ser director de la escuela catequética de Alejandría. Los excelentes métodos pedagógicos que empleó, elevaron dicha escuela por encima de todas las de los filósofos. En esta misma escuela, San Panteno formó al famosísimo Clemente de Alejandría.

 

Eusebio, el historiador, cuenta que había oído decir que San Panteno fue a predicar la fe a la India (tal vez Yemen y Etiopía) y que conoció ahí a los cristianos a los que San Bartolomé había dado el texto hebreo del Evangelio de San Mateo. Este testimonio, repetido por San Jerónimo, es uno de los argumentos más utilizados por los que sostienen que la Iglesia de la India fue fundada por un Apóstol.

 

Eusebio afirma también que San Panteno era un hombre de gran cultura y un ardiente y celoso predicador.

 

Papías de Hierápolis

 

Nació cerca de los años 70. Fue alumno de San Juan y más tarde llegó a ser obispo de Hierápolis al Este de Éfeso. Pudo haber conocido a Felipe, de quien dice la tradición que murió en esa ciudad. Papías escribió hacia el año 130 cinco libros titulados: "Explicación de los discursos del Señor", en el cual dice que cuidó de preguntar a los antiguos las palabras exactas de Jesús. De sus obras no quedan más que pequeños fragmentos, uno de los cuales se refiere al origen de los dos primeros Evangelios, y otros a sus grandes personajes, en los que menciona dos veces a San Juan. Otros fragmentos contienen narraciones, como por ejemplo, la de José, llamado Bernabé, que bebió el veneno sin que le hiciese el menor daño, y la del fin miserable del traidor Judas. Murió aproximadamente en el año 155.

 

 

                           Panteno "Epístola a Diogneto"                                             Fragmentos de Papías    Epístola de Bernabé                                                             Hermas "El pastor de Hermas"    Epístolas de Clemente de Roma a los Corintios                  Epístola de la iglesia de Esmirna a la de Filomelio    Policarpo de Esmirna "Epístola a los Filipenses"

Que es la Patrística

 

La Patrística es el estudio de la doctrina cristiana como lo han expuesto los Padres de la Iglesia.

 

La patrística, o decimos el período de los Padres de la Iglesia, abraza cerca de 7 a 8 siglos y en general la patrística está dividida en dos grandes tradiciones; la Patrística Oriental y la Patrística Occidental; aquella de lengua griega, que es la oriental y otras lenguas menores como el siríaco, copto, armenio, etc. Y después tenemos la patrística occidental porque está transmitida en lengua latina.

 

Tenemos el último período que podemos llamar Período de la Decadencia; la Patrística ha perdido su mordiente, su importancia, porque con el avance de los siglos se alejaba más de aquello que era la fuente de la doctrina cristiana, de la revelación.