CATEQUESIS DEL CANTO “Hermosa eres, amiga mía”

(Trascripción de la Convivencia Transmisión. Septiembre 2003)

 

KIKO: He hecho un canto nuevo, sobre la belleza: “Hermosa eres, amiga mía, como Tirsa”. Es el capítulo IV del Cantar de los Cantares. Dice el Talmud que el mundo entero no es digno del día en que a Israel le fue dado el Cantar de los Cantares. El capítulo IV empieza así: Hermosa eres, amiga mía, como Tirsa (una ciudad).

Espero que Dios nos inspire lo que Él os haya reservado en esta mañana, que es muy importante. No existe la conversión si Dios no nos convierte; conviértenos, Señor, a ti y nos convertiremos. La conversión viene del Señor, viene de Él. Pero hay una cosa que se llama secundar la gracia –lo dice el catecismo- o sea, la invitación que te hace el Señor, seguirla, obedecerle. Otra cosa es resistir a la gracia; hay gente que en vez de secundar, se resiste. El Señor invita: ven, conviértete, deja el pecado, y él escucha pero no se mueve, no se adhiere, no obedece, se resiste a la Gracia. Hay mucha gente que viene a escuchar una catequesis, Dios lo ha llamado para que le siga, y no se mueve; sin embargo, el que está a su lado se mueve. “Uno será tomado, otro dejado” es el misterio de la gracia y el misterio de la respuesta del hombre. Por eso dice “Si hoy escucháis su voz, no endurezcáis el corazón”, que es la forma de decir la Escritura lo que se llama resistirse a la Gracia.

Sabéis que esto es una discusión muy antigua de la Iglesia porque Pelagio, un herético, decía que el hombre tiene que responder con su voluntad; que frente al Kerygma la Virgen ha dicho ¡amén! Y tú tienes que decir ¡amén! Sin embargo, San Agustín le responde que no, porque todo quedaba a las fuerzas del hombre; las prostitutas son prostitutas porque han dicho que no a la Gracia; los ladrones son ladrones porque han dicho que no a la Gracia. Así, por este sistema, nos cargamos el mundo entero y nos hacemos unos moralistas pelagianos. No es esa la tradición de la Iglesia. San Agustín le dice a Pelagio que “ninguno puede decir Jesucristo es el Señor sin el Espíritu Santo”, que ninguno puede responder a Dios sin la Gracia. Por eso la gracia del Espíritu Santo nos precede. Les dice Jesús “Id a Galilea, allí me veréis” Y la tradición de la Iglesia dice que cuando uno va a predicar, ve a Cristo, porque ya en los que te escuchan se pone el Espíritu Santo.

En esta convivencia está el Espíritu Santo flotando sobre vosotros. Y hay un misterio enorme, que es el misterio de la Gracia, que es el misterio de la respuesta humana, que es el misterio de vuestra salvación. ¿Responderás o te resistirás? Este es un problema, un misterio en el que nadie puede entrar, por eso no podemos juzgar a nadie. Sin duda alguna que Dios os ha traído a esta convivencia para daros una Gracia, muchas Gracias, porque Él sabe vuestra historia, Él sabe los problemas con los que te vas a encontrar este año, este curso. Sabe los problemas que vas a tener con la familia, con los hijos, con el marido, con la mujer, con la vejez, con la enfermedad, contigo mismo, con tus crisis; lo sabe el Señor y te está preparando para una misión. Estamos aquí para una misión, preparándonos, formándonos; somos catequistas, los dones que Dios te va a dar en esta convivencia quiere que los des a tu comunidad. Y después, fortalecido con ellos, te va a mandar a secundarle. – Entonces, si todo lo hace la gracia, el hombre no hace nada.... Tenían esta discusión entre jesuitas y dominicos; los dominicos subrayaban más la acción de la Gracia, y los jesuitas subrayaban más la voluntad del hombre, que también el hombre tiene que secundarla. Pero hay un equilibrio porque, como decía Carmen, todo está ajustado; también la teología tiene que estar muy bien ajustada. Si todo es gracia y no hay que hacer nada, no es verdad; o si todo es obra de tus puños, juzgas a todo el mundo, etc.

Os decía sobre la belleza que este es un canto que me ha emocionado profundamente. Yo he sido invitado a hablar en la universidad lateranense este verano (que me ha fastidiado las pocas vacaciones que he tenido, veinte días) sobre la belleza que salva al mundo (sobre el mismo tema también quieren que hable en el CEU, en la universidad católica no sé que día; yo no quería hablar, porque no soy ningún conferenciante, pero me llamó el obispo y me dijo que tengo que ir, pues muy bien). La belleza que salva al mundo. Me quede impresionado porque tuve que venir desde Austria, donde estaba intentando pescar con dos amigos, para moverme un poco, tuvimos 16 horas de viaje en coche, con un calor insoportable; entro allí en el aula magna de la universidad, y veo todo lleno de jóvenes, con cincuenta grados que hacía, no se podía entrar ¡un calor insoportable! Llevaban hora y media esperando los jóvenes. Celebraban 700 años de aquella universidad, fundada por no se qué Papa, y había un congreso, y el encargado de la universidad quería que yo hiciera esta conferencia sobre la belleza.

Esta frase: “El mundo será salvado por la belleza” sabéis que es de una obra llamada “El idiota”, de Dostoievski. Hay un momento en el que el príncipe Vladimir dice que la belleza salvará al mundo, y le preguntan ¿qué belleza? ¿Cuál es la belleza que salvará al mundo? Y Dostoievski responde que no existe en el mundo mayor belleza que Cristo. Cristo salvará al mundo. ¿Cuál es la belleza que salvará al mundo?

Esto está en relación con el canto que he hecho del Cantar de los Cantares, porque da un aspecto de lo que Dios está haciendo con nosotros nuevo. Vamos a hacer luego una scrutatio sobre la frase del Shemá: “Escucha Israel, amarás a Dios con todo el corazón...”. Va a ser como un agua fresca volver a escuchar esto, como base a todo lo que vamos a hablar en esta convivencia sobre la familia. Porque Dios ha querido manifestarse como el Esposo, en el profeta Oseas. Dice Israel que la belleza tiene una importancia grande. La armonía está toda basada en fórmulas matemáticas, que son ajustadísimas; basta que un color no tenga el complemento justo, que desaparece la belleza. A una curva le corresponde otra curva en sentido contrario (no quiero hacer una conferencia sobre arte, pero tiene una gran importancia). En esta conferencia con los universitarios, les mostré a una chica enseñándoles los armónicos que constituyen la belleza: la frente es de una materia, el pelo es de otra materia, etc. Y es curioso porque lo mismo que les dije allí, se repite constantemente en la naturaleza. Yo no pongo por casualidad la pintura rugosa sobre la pared, la moqueta, el cristal... hay todo un equilibrio entre materia, forma, color, que es todo matemático, un equilibrio que el artista intuye, aprende de la naturaleza y lo aplica.

Este canto habla de la belleza de la mujer. Dice: “las curvas de tus caderas obra de mano de un artista” ¿Habéis visto la curva de la cadera de una chica guapa? En Bellas Artes nos han tenido cuatro años dibujando a mujeres desnudas, y luego he estado en la academia de Peña más años; el profesor de la Academia, cuando yo tenía doce años, me paso de pintar bodegones a pintar desnudos de mujer, y me decía el profesor “mira, ¡mira!” Yo no miraba, estaba todo colorado. Sabemos lo difícil que es hacer una curva bella, bellísima. Por ejemplo, el cuello de una foca, cómo está diseñado, es un prodigio. Ya lo sabía muy bien Henry Moore, el escritor inglés cuyas obras son famosas en el mundo entero; estudiaba por ejemplo la concavidad de los huesos, del fémur: la relación entre la curva interior y exterior tiene una formulación matemática para que sea estética. Esa fórmula matemática tú la aplicas en una escultura abstracta y funciona perfectamente. Pero es muy difícil.

¿Por qué es importante la belleza que salva al mundo? Esto tiene relación con vosotros, con cada uno de vosotros. “Qué hermosa eres, amiga mía, como Tirsa, bellísima como Jerusalén. Que lindo son tus pies en las sandalias, hija de príncipe. Las curvas de tus caderas, obra de manos de un artista. Tu ombligo es un ánfora redonda, tu cuello es una torre de marfil. Tus ojos como las piscinas de Jesbón, tu cabeza es como el Monte Carmelo, tu pelo como la púrpura, un rey en él está prisionero. Quién es esta que surge como la aurora, bella como la luna, esplendente como el sol”, etc. Pero fijaros los que os voy a decir ahora, ¿quién dice esto? Lo dice el Esposo de la esposa, lo dice Dios de ti: ¡qué bella eres! Curioso, es como si Dios nos hubiera creado para ser amados por Él. Y nos ha hecho lindos, nos ha hecho bellísimos ¿de qué belleza nos ha embellecido? Mirad lo que dicen los hebreos; por eso el Shemá es muy importante y vamos a escrutarlo. En la tradición hebraica hablan mucho de la belleza de Eva, la mujer. Dicen que Dios cuando creo al hombre en el paraíso le dijo que pusiera nombre a todas las cosas creadas; poner nombre es decir qué cosa es, es describirlo, es darle un sentido, es declarar su esencia. Y fue Adán poniendo nombre a las cosas; y no encontró una ayuda semejante a él. Es como si fuera buscando algo cuando iba poniendo nombre a las cosas, y no lo encontró. Sabéis que Dios le hizo entrar en un sueño y le quitó una costilla, y con esa costilla fabricó, construyó... en hebraico la palabra construir es una palabra artística, es lo mismo que edificar, que hacer una escultura; es la misma palabra que se utiliza para adornar los cabellos de las trenzas. Dios hizo una mujer bellísima y Él mismo se la presentó – lo que se llama “paraninfo” – a Adán. Y Adán quedó extasiado de la belleza de Eva. Y dijo “Esta sí que es carne de mi carne y hueso de mis huesos. Te llamaré Eva, porque del varón has sido tomada”, etc. Cuando Moisés saca de Egipto al pueblo de Israel y lo lleva hasta el Monte Sinaí, toda la tradición más antigua presenta el encuentro de Dios en el Monte Sinaí con su pueblo como una segunda creación; el árbol de la vida será el mismo Monte Sinaí. Adán es Dios, como un Esposo, y la esposa será el pueblo. Y el “paraninfo”, el que presenta la esposa al Esposo, es Moisés. Así lo dice toda la tradición rabínica antigua.

Es muy importante esto ¿por qué? Dios se va a manifestar a su pueblo como una familia, como un Esposo y una esposa. Pero atención, la esposa que presentó Dios a Adán era bellísima ¿y cómo es la asamblea que viene de Egipto? Ah, ¡es horrible! Es muy fea (y tiene relación con la conversión de hoy). ¿Por qué? Porque viene de la idolatría, de Egipto, y los ídolos te hacen ciego, porque idólatra significa el hombre que ha puesto un ídolo, y le ha llamado dios. Entonces, si una mujer, por ejemplo, ha hecho del amor de su marido un ídolo, a ese ídolo le pide la felicidad; después se pasa la vida murmurando porque su marido no es como ella quiere. Esa idolatría que ha hecho del marido, le impide ver el amor de Dios, porque no le importa Dios, porque es una idólatra; no es Dios el que la interesa, es su ídolo. Los ídolos nos hacen ciegos al amor de Dios. Así, todos los que aquí sois idólatras estáis descontentos con todo, no veis el amor de dios en vuestra historia, porque a vosotros la felicidad os la tiene que dar el ídolo, que es el trabajo, que es la familia, que es lo que sea. ¿A qué cosa le pides tú la felicidad? ¿A qué ídolo, a qué idolatría?

Imagínate que Dios le está poniendo enfermo al marido porque quisiera hacerla esposa suya, y esa mujer no quiere a Dios, quiere a su marido, está blasfemando contra Dios, no le interesa nada porque está esclavizada. Los ídolos nos hacen ciegos a la verdad, al amor de Dios. Uno que hace, por ejemplo, de su ideología política su felicidad, le pide a esa ideología su felicidad. Todos somos idólatras. Los ídolos nos hacen sordos –lo dice ya Israel–  ciegos, nos matan, nos hacen paralíticos; el hombre no camina a buscar su salvación, camina en su idolatría, siempre murmurando de todo.

Por esta razón dicen los rabinos, el Talmud, la tradición oral, que cuando el Esposo apareció sobre el Monte Sinaí y se oyeron las trompetas ¡Shema Israel! Dice que todos vieron la Palabra en el fuego, y Dios hizo un milagro: les abrió los ojos a todos; estaba lleno de ciegos y todos vieron, se acabó la ceguera. Todos oyeron la palabra. O sea, lo primero que hizo Dioses que embelleció a su pueblo. Porque los ídolos nos transforman en demonios, en monstruos, en egoístas atados al dinero; un avaro, un ciego que no ve el amor de Dios por ninguna parte, solo camina en su voluntad, no camina hacia la salvación eterna, son monstruos. Ya decía Israel (no solo existe la tradición escrita, está también la tradición oral) que cuando venga el Mesías embellecerá a la humanidad. ¿Por qué? Porque cuando venga el Mesías lo primero que hará es que los ciegos verán; los sordos escucharán, los paralíticos caminarán. Por eso sabéis que cuando San Juan Bautista, que gritó viendo a Cristo “He ahí el cordero de Dios”, pasan los años, pensaba que este cordero de Dios se iba a manifestar según su idolatría... ¿veis? El corazón humano es un constante fabricador de ídolos, y este señor puede hacer del Seminario una idolatría. Mario Pezzi, yo mismo, constantemente fabricamos idolatrías, y desde esa idolatría nos negamos a aceptar que Dios conduzca nuestra vida como Él quiera. Entonces, San Juan Bautista está en la cárcel, no entiende nada, este Jesús que él creía que era el Mesías, no se manifiesta, no hace nada. A él le han metido en la cárcel, sabe que no va a salir de allí vivo por el odio que tiene Herodías contra él, está en crisis negra, está pasando una noche oscura –la noche que pasan todos los cristianos- le parece que toda su vida es un fracaso, y manda a sus discípulos a Jesús y le pregunta “¿Eres tú, o no?”.

Y ¿qué les dice Jesucristo? “Id y decid a Juan: los ciegos ven, los sordos oyen, los cojos andan, y a los pobres se les anuncia la buena nueva”. Eso se da aquí; se da aquí si os convertís. Habéis venido ciegos al amor de Dios en vuestra historia, porque desde vuestra idolatría no aceptáis un problema con la mujer, una crisis, un hijo enfermo, un tinglado. Estáis ciegos, el demonio de la idolatría os ha cegado y os ha hecho mudos, feos, demoníacos, horribles, no hay ninguna belleza en vosotros. Porque Dios es amor, porque es Dios la belleza. ¡Atención! Es Dios la belleza. Parte del amor de Dios se manifiesta en la belleza de la naturaleza, porque una cosa que te agrada te produce un placer; hay una relación entre belleza y amor. Lo contrario de placer es sufrimiento, que es lo que te dan los enemigos. Dios quisiera hacerte gozar; cuando la mujer se enamora, se embellece; el amor de belleza. Siempre que en una convivencia se da la conversión, aparece el Mesías, y cuando aparece el Mesías en medio de nosotros a través del Espíritu Santo, los ciegos ven: uno que ha entrado en crisis en la convivencia sale viendo el amor de Dios en su historia. Sale escuchando su palabra en la historia, ya no está contra la historia, ahora acepta el cáncer, porque el cáncer no lo aceptaba desde la idolatría que tiene de sí mismo; ahora sabe por el Espíritu Santo, que es cáncer tiene una misión en su historia, y bendice al Señor por ello. Sabe que ese problema que tiene ahora mismo la mujer o el marido tiene su misión en Dios. Como la Virgen María; dice un midrash que la Virgen María, pobrecita... porque apenas aparece el Mesías en el mundo y ha provocado más que sufrimientos: ¿qué Mesías es este que llega al mundo y matan a los inocentes por su culpa? ¡Mejor que no hubiera venido! Que han tenido que ver cómo los soldados mataban a sus hijos delante de ellas ¡qué horror! ¿Eso es verdad o no es verdad? Eso es así, ciertamente. Y cuando la Virgen, pobrecilla, tan joven, es un pueblecito tan pequeño donde todo el mundo se conoce, se queda embarazada y todavía no está casada, no están viviendo juntos todavía, son nada más que prometidos (que en Israel estar prometidos seriamente ya es muy fuerte) y su novio ve que la tripita de su novia crece y él no ha sido el padre, él que pensaba que era tan pura, y es una prostituta, le ha engañado, ¡tiene un hijo con otro! Qué sufrimientos tendrá ese novio, mejor no pensarlo. Dice un midrash que cuando el ángel de Dios le dijo a José que lo que ella llevaba era fruto del Espíritu Santo, dice que José le dijo a María ¿por qué no me lo dijiste? Yo te hubiera creído (bueno...) Pero la Virgen le responde ¿y quién soy yo para entrometerme entre la acción de Dios y tú? Si Dios te ha tenido en este sufrimiento, en esta tortura, ¿quién soy yo para quitártelo? Cuando te lo ha dado Dios, te es necesario.

Es muy importante esto, porque no todo en la vida es pasarlo bien como bestias, como burgueses, como cerdos, banqueteando a diario. San José tiene que ser preparado para ser padre del Mesías, y tu tienes que ser preparado para ser padre y madre del Mesías. María tiene que ser preparada para ser Madre del Salvador del mundo. Y para prepararla, no te digo la prueba que pasa, que el hijo único que tiene desaparece tres días de casa; van a la policía, y buscan y buscan, y después de dos días cada hora que pasa es un golpe de piedra sobre su corazón, es algo tan insoportable que no lo podrá resistir. Tres días y tres noches sin saber nadad de un niño de doce años, y no está en ninguna parte ¡qué angustia, qué sufrimiento, qué dolor! Sabemos que sin que María hubiese padecido esto, quizá no hubiera resistido ver a su hijo todo hinchado, ensangrentado, con la cruz; su maternidad habría sido rota, no lo habría resistido.

La belleza. ¿Qué belleza salva al mundo? CRISTO. Nosotros somos su Cuerpo: la comunidad cristiana es la nueva estética que el mundo espera. Por eso yo soy un artista. Hemos tenido en Nueva York una convivencia con 250 obispos sobre este tema: “Solamente una nueva estética salvará a la Iglesia” ¿Con qué estética piensa evangelizar la Iglesia del Tercer Milenio? Os lo digo yo con qué estética; no con mi pintura, por favor: Con la Comunidad Cristiana. “Qué bella eres, amiga mía” Vosotros sois el cuerpo de Cristo. Los cristianos están llenos del amor de Dios; es el amor de Dios el que resplandece en la comunidad. “Mirad cómo se aman”. Es irresistible, la teofanía, la epifanía de la comunidad cristiana que aparece en el mundo; es algo muy serio y muy importante. Destruir la comunidad cristiana es demoníaco; construirla viene del Señor.

Qué lindos son tus pies, hija de príncipe” para anunciar la Palabra, para llevar la Buena Nueva, “las curvas de tus caderas, obra de manos de un artista, Tus senos...” que Israel dice que son las dos tablas de la Ley, porque todo esto tiene una descripción del pueblo de Dios.  Dice San Pable que Cristo nos ha hecho su esposa, santa e inmaculada, sin arruga, sin doblez; nos ha hecho bellísimos, nos ha revestido de su amor. Os aseguro que los paganos, viendo el amor de Dios en los cristianos quedan fascinados, es una belleza irresistible, la está esperando el mundo. Hoy el mundo está enloquecido, todas las niñas se hacen lifting, se ponen silicona en los senos, se operan la nariz, se pasan la vida haciendo footing, están obsesionadas con la belleza. La belleza es importante para nosotros.

Os enseño este canto y después proclamaremos el kerygma de San Pedro, que tiene el poder, porque va acompañado del Espíritu Santo, de embellecernos, de transformarnos, de hacernos los ojos como las piscinas de Jesbón, de hacer nuestros pies como de las hijas de un príncipe que va a anunciar el Evangelio, nuestra cabeza como el Monte Carmelo, etc. Describe la obra que está haciendo en nosotros el Espíritu Santo.

Mirad hermanos que Dios nos ha creado para amarnos, es algo impresionante: Dios está enamorado de ti, está enamorado de mí. No solamente nos ha creado para que le amemos a Él, pero el Cantar de los Cantares dice algo más, Él se complace en amarnos. Y este canto describe lo que está haciendo con nosotros. Escuchadlo.

ENSAYO DEL NUEVO CANTO “HERMOSA ERES, AMIGA MÍA”